Historias que inspiran y enseñan, que puedes ad@ptar o dejar que reposen en tu intelecto
Es una historia donde lo que importa es el mensaje.
Mira.
Había dos amantes de la naturaleza, Alex y Jaime, quienes compartían un profundo amor por el bosque que lindaba con sus propiedades.
Pues bien.
Alex había decidido construir un sendero para explorar más fácilmente este bosque, pero se dio cuenta de que hacerlo a lo largo de la línea que compartía con Jaime beneficiaría a ambos.
Pero claro.
Construir este sendero implicaba
tiempo,
esfuerzo
y recursos.
Un día soleado, mientras Jaime disfrutaba de la paz del bosque, Alex se acercó con una pregunta que parecía inocente:
"Hola, amigo. En casos como este, ¿quién debería contribuir al trabajo y los materiales necesarios para el sendero?"
Jaime, con una sonrisa sabia, respondió:
"El que desee más ardientemente explorar el bosque."
¡Toma! ¡Zasca!
Alex comprendió que había fallado en comunicar la visión de lo que el sendero significaría para ambos:
No solo un medio para disfrutar de la naturaleza, sino una forma de protegerla, facilitando el acceso sin dañarla.
La lección aquí no era solo sobre quién tenía más prisa en construir ese sendero, sino sobre cómo la persuasión, basada en compartir una visión común y los beneficios mutuos, es esencial.
Quizás,
si Alex hubiera compartido historias sobre la rica biodiversidad del bosque,
o sobre cómo un sendero bien diseñado podría minimizar el impacto humano y permitirles disfrutar de la naturaleza sin perturbarla,
Jaime se habría sentido inspirado a colaborar.
A ver.
La clave estaba en hacer que Jaime no solo viera el sendero como un proyecto de Alex, sino como algo beneficioso y deseable para ambos.
Es decir.
Esta historia
nos recuerda que, en la aventura de la conservación de la naturaleza y el disfrute responsable del aire libre, es crucial encontrar puntos en común y trabajar juntos hacia objetivos compartidos.
Al final,
El éxito en estas empresas a menudo depende de nuestra habilidad para inspirar a otros a unirse a nuestra causa, viendo no solo lo que ganamos individualmente, sino lo que podemos lograr juntos por el bien del planeta.
Te dejo otro ejemplo más tangible.
Piensa en cómo se comercializan los paquetes de viajes de aventura.
No se trata solo de vender una experiencia; es crucial hacer que el cliente vea
ese paquete como algo beneficioso y sumamente deseable.
Así.
Los organizadores de estos viajes saben que al comunicar no solo la emoción y el desafío de la aventura, sino también su contribución a la conservación de la naturaleza y al bienestar personal, pueden transformar una simple transacción en una experiencia significativa y enriquecedora.
Beneficio mutuo.
Esto es todo. Te volveré a escribir
Fernando Camacho
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